La hora de la marmota

Hablar del Peje actualmente es un tema muy de moda, todo el mundo hace sus especulaciones de que va a ocurrir si gana, se siembra la duda de si su gobierno será por fin de izquierda y aplicará políticas económicas progresistas. Y no es para menos, ya que sigue muy por arriba de sus adversarios políticos (alrededor de 18 puntos arriba de su competidor más cercano en la encuesta de finales de agosto).

Muchos hablan de las mentiras del Peje, incluso un amigo lo llama “el mentiroso” o “el deshonesto”, esto debido a que después del proceso del desafuero, AMLO cambió un su discurso y se hizo más conciliador o centrista.

Por otra parte están los que no conciben a alguien de izquierda en el poder (normalmente gente muy conservadora) ya que creen que esto acarrearía un desastre económico para el país y que se echaría a perder todo el esfuerzo que llevó tener el equilibrio macroeconómico en estos años.

Yo soy de la opinión de que el peje no va ser de izquierda cuando este en el poder, sin embargo si puede ser, el más cercano a la izquierda que tiene posibilidades de ganar. Muy probablemente no sea un gobierno radical, es casi imposible hablar de radicalidad en este siglo, sobre todo un país como el nuestro, que se encuentra en el umbral de la democracia. AMLO va parecerse más a un gobierno de centro izquierda, probablemente no suba los impuestos al IVA en alimentos, pero si al ISR de las personas morales, y no va declarar moratoria. Es posible que se acerque más a los países de América latina, pero no va a romper con Estados Unidos.

Para todos aquellos que creemos que un gobierno de izquierda inteligente y moderada puede tener mayores resultados que los gobiernos de derecha ortodoxa, el Peje es el primer paso para este tipo de gobierno. Es muy importante estar consciente de que es solo un paso, no podemos esperar grandes cosas del primer gobierno de centro-izquierda en 20 años, sin embargo, se abrirá espacios a muchos intelectuales de diferentes disciplinas y esto abrirá camino para fortalecer a la izquierda en México.

Para los que creen en un gobierno de izquierda radical como solución (estilo subcomandante Marcos), definitivamente van a odiar al peje y le llamaran de muchas formas para descalificarlo, ya que esta postura no cree en lo gradual y es igual de dogmática que los actuales tecnócratas que tienen el poder.

Solo espero que la izquierda se mantenga unida esta vez, ya que históricamente se autodestruye. Tal fue el caso de los comunistas y los socialdemócratas en Alemania, cuando fueron destruidos por el partido Nacional Socialista.

Salud mi buen rojillo…

Estaba sentado en una banca en el parque de Santa Rosa de Lima. El clima era húmedo pero no era desagradable, en el cielo se veían nubarrones grises, premonición de lluvia inevitable. Me sentía muy bien, muy cómodo, relajado, sin ganas de nada, tan solo de respirar aire profundamente.

Lejos, tras unos arbustos se dejó ver una luz azulada muy intensa que se acercaba a mi a poca velocidad. Me extraño muchísimo y lo primero que pensé es que sería parte de un secuestro extraterrestre, pero la luz comenzó a tomar forma de un ser humano común y corriente.

El hombre era un viejo con barba recortada y sin nada de pelo en la cabeza, se presentó ante mí como Dios. Yo creí que era un viejo vagabundo que quería jugarme una broma, pero aún estaba presente en mi mente como el viejo había aparecido a través de una especie de energía azul.

Le dije: - que raro es todo esto, yo creí que dios no tenía forma y tampoco pensé que viviera en los arbustos de Santa Rosa de Lima.

El viejecillo me miró con una sonrisa y me contesto: - Tú me dices que pensabas que dios no tenía forma, sin embargo me ves como me imaginas.

Analice las palabras de dios y me quedé callado sin saber que decir. Nunca había creído en él porque siempre tuve una tendencia de excesiva racionalidad, pero ahora estaba ante mi lo que se hacia llamar dios aunque aún tenía mis reservas.

Concluí que el tipo me estaba engañado y se lo hice saber, pero dios tenía una respuesta para todo y me dijo: - Soy dios y te conozco perfectamente bien. Sé que naciste en Hermosillo y que fuiste a vivir a Caborca. También se que has leído mucho y que te dejaste seducir por lo atractivo de la ciencia. Conozco tus pasiones y tus secretos, desde la vez que te robaste el chocolate de tu hermana hasta cuando le viste los calzones a tu amiguita en la primaria.

- Bueno – le dije: - creo que me has dicho más que suficiente, aún así sigo teniendo una duda ¿Qué hace dios aquí?
- Tan solo he venido a platicar contigo y decirte que vuelvas a creer en mí, nunca es tarde para la redención.
- ¿y qué pasa si decido no seguir tus pasos, ni tu moral, ni tu código de ética? Tus nos diste libre albedrío según tengo yo entendido, y prefiero vivir con mis propios códigos y creencias.
- Entonces tendrás que pasar tu eternidad en el infierno.
- ¿pero porqué? Siempre he sido una buena persona, simplemente tengo inteligencia y tengo otra perspectiva de la vida, digamos una perspectiva más mortal.
- no tienes opción.
- Pero… ¿Qué hay de las otras opciones, que hay de Buda o Alá?
- Yo soy el único dios.

Estaba algo sorprendido, tenía que admitirlo, nunca pensé que dios fuera tan imponente, tan cerrado ¿Cómo era posible que ese sujeto hubiera creado a la humanidad y que fuera irracional? ¿Porqué habría de hacernos tan diferente? De pronto una luz iluminó mi duda:

- Tú no puedes ser dios. Por lo menos no el dios del que todo el mundo habla, eres un ser cerrado y egoísta.
-jajajajaja, no soy egoísta, simplemente soy todo.
- ¿Eres una persona buena?
- No soy persona, pero si soy buena.
- ¿Según quien? ¿Según tu?
- Así es.
- Entonces, ¿por qué contradices tu propia doctrina, tu estrecho y absurdo código, y dejas morir a tantos de hambre, soledad y dolor en la tierra?
- Porque tiene que ser así. Yo soy todo hijo mío, lo bueno y lo malo, soy absoluto. La tierra no es más que una extensión mía, por lo que debe de haber sufrimiento y maldad, al igual que en mi mismo.

El viejito siempre sonreía cuando terminaba de afirmar algo. Era sarcástico, seguro de si mismo, pero yo había encontrado en él un error. No podía ser perfecto, algo andaba mal y en mi cerebro se formuló la respuesta:

- No eres todo ni eres perfecto.
- ¿porqué dices eso?
- Porque no eres racional, no tienes nada de racional en tu ser, por lo tanto no eres todo y tampoco eres perfecto.

Dios me miró con una mirada tan intensa que empecé a temblar, había tocado un punto sensible y posiblemente estaba a punto de sufrir las consecuencias:

- Si soy racional, sin embargo creo que no se debe ser racional.
- Tu lógica esta mal. ¿Cómo puedes llamarte a ti mismo racional y ser tan irracional para aceptar que otros lo sean? Esa contradicción es mortal, inclusive para ti.
- No. Tú no entiendes mi lógica porque eres un simple mortal.
- ¿Acaso usas la lógica? ¿Ese invento grandioso de Aristóteles? No, no te apropies de nuestros triunfos.
- Calla simple mortal, calla, no sabes lo que dices.
- No solo eres irracional, si no mortalmente repetitivo. Quizá eres dios para unos cuantos, pero para mi no eres más que otro ser.
- Tengo el poder para destruirte.
- Entonces, ¿por qué no destruyes a todos los racionales y así tendrás a todos tus ciervos siguiéndote sin ningún problema, o es que acaso procuras el equilibrio?

Dios volvió su mirada a los arbustos de donde había venido y finalmente dijo sin mirarme:

- Te arrepentirás de todo esto mortal.

Permanecí en silencio temiendo lo peor. Sin embargo simplemente desapareció y nada me ocurrió. Pasaron los años y aquí sigo. Sigo sin creer en él. Sigo pensando que Santa Rosa de Lima tiene ese efecto de alucinaciones. Sigo pensando que no debí hacerle caso a mi “tata” cuando me ofreció aquel “tesito” de marihuana.

Siempre he creído en la verdad y sus sutilezas. Siempre he creído, a pesar de todos sus engaños y sus efectos especiales. Sin embargo ocurrió que un día lleno de color, borro para siempre de mis sueños de un paraíso racionalista. Con el tiempo, después de confusos pensamientos y perspectivas en el humo, me hice la pregunta ¿Cuándo olvide?

Hoy esa pregunta retumba en mi cerebro como un eco interminable, por todo lo que pudo ser y no ocurrió. No hay nada más después de este camino de arena, sin embargo, aún hay algo que motiva mi visión. A pesar de los años perdidos, de los sueños inconclusos, de las tormentas lejanas y el coqueteo forzado, sigue habiendo pasos que dar y una meta interminable.

En este momento, todo indica que no fue así. La respuesta a la pregunta nunca fue, porque nunca fue el olvido el que cubrió mis ansias. Fueron los sueños racionalistas, la fuerza de voluntad, la lluvia, las bromas, el perfume, el sabor, el aliento, la brisa, los estudios, la sonrisa… las cenizas.

Todo sigue vivo… y el mundo te respira.

Por eso le digo, Vicente Fox se voló la barda con esos “spots” que está sacando. Se la voló. ¿A poco no?

Sabemos que existe el conciente, y sabemos que existe el subconsciente descubierto por Freud y quien también nos explica que mientras estamos despiertos la mayor parte del tiempo la pasamos en el conciente sin embargo y no por ello, nuestro subconsciente no se encuentra trabajando de la misma forma, teniendo esto como base, situémonos en el siguiente escenario:

Se encuentran un grupo de personas platicando y de repente alguien pregunta señalando un objeto: ¿qué es eso? Lo siguiente no es mas que una situación de dos personas, la que pregunta y la que pretende contestar. Las dos personas juegan un papel diferente, la persona que pregunta origina de manera conciente una pregunta en base algo que le parece desconocido sobre un objeto llamese color, una forma, altura, y todo lo que puede englobar un “¿Qué es eso?” dejando atras y sin importancia todo conocimiento adquirido para contestarse a si mismo.

La persona que contesta por lo tanto, podría contestar atinadamente a la duda de quien pregunta, o en su caso preguntar a que se refiere, si es al color, a la altura, a la forma. Si la persona contesta de manera atinada a lo que la persona pregunta, no sucede otra cosa mas que evitar que quien pregunta desarrolle un poco el raciocinio e imagine y sea capaz de crear hipótesis sobre lo que le origina su pregunta.

Si la persona que contesta responde a la pregunta “¿Qué es eso?” con la pregunta “¿Qué cosa?” (estando conciente en que la persona quien pretende contestar, tiene un porcentaje muy bajo para poder adivinar a lo que la persona quien pregunta se refiere) lo que provoca es que la persona que pregunta delimite su duda a la forma, al color, a la composición del objeto o lo que sea motivo de crear una duda.

Cuando la persona es capas de delimitar, entonces en ese momento su duda empieza a ser menor, debido a que empieza a aclarar y quitar todas aquellas cuestiones físicas o mentales que envuelven a la principal, que es la que formula una pregunta sobre el objeto.

Por lo tanto cuando nosotros preguntamos “¿què es eso?” muchas veces es producto de no pensar o imaginar delimitando que es en si lo que nos provoca la pregunta, y cuando lo hacemos, la duda disminuye o en ocasiones se anula debido a que al delimitar quitamos todas aquellas cuestiones mentales que ensucian de alguna manera el acercamiento a la respuesta. Por lo tanto se vuelve innecesario preguntarle a alguien mas sobre que es algo, a menos que estemos incapacitados para respondernos nosotros mismos, lo cual en pocas palabras consiste en ir delimitando la duda hasta encontrar lo que realmente nos interesa.

Normalmente como personas tenemos respuestas inmediatas ante un "¿Qué es eso?" porque se ha entendido la naturaleza de ello debido a que en algun momento de nuestras vidas nos hemos visto obligados a preguntarlo y se nos ha contestado con acierto, por lo que ahora sabemos que es mas fácil preguntar que es algo y de esta forma evitamos pensar.

Marcos Farad miraba por la ventana del edificio. Los carros último modelo circulaban por toda la ciudad produciendo un efecto hipnotizante. Desde la revolución robótica, todos tenían tanto tiempo de sobra para pensar y filosofar que Mark, como lo llamaban sus amigos, ya había publicado dos libros.

Volvió su mirada a la cama y observo el pezón de su amada Bliss. El sexo esa noche había sido muy apasionado, quedó completamente rendido y sentía un ligero dolor de cabeza. Se quedó mirándola: curvas perfectas, ojos rasgados, cabello negro profundo y tez blanca como la nieve. Mark se sintió triste de no poder ver sus ojos verdes.

Volvió a mirar por la ventana del vigésimo tercer piso. El mundo había dado un gran salto, como cuando cambió a ser capitalista después de la primera revolución industrial. ¿Quién iba a pensar que el avance tecnológico que una vez desembocó en una economía de mercado e individualista, ahora era la causa de todo lo contrario? un socialismo absoluto.

Cuando el último hombre fue remplazado en la fábrica, desaparecieron los compradores y los incentivos. El producto se tuvo que empezar a repartir en partes iguales. Los hombres ya no eran dueños de su producción, el obrero había sido remplazado por un robot. Suspiró profundamente. La vida era muy fácil ahora, sin embargo, se sentía vacío.

Marcos Farad miró una vez más por la ventana hacia la enorme ciudad bajo el cuidado robótico y no se pudo responder si estaba vivo.