No discutas con dios
Estaba sentado en una banca en el parque de Santa Rosa de Lima. El clima era húmedo pero no era desagradable, en el cielo se veían nubarrones grises, premonición de lluvia inevitable. Me sentía muy bien, muy cómodo, relajado, sin ganas de nada, tan solo de respirar aire profundamente.
Lejos, tras unos arbustos se dejó ver una luz azulada muy intensa que se acercaba a mi a poca velocidad. Me extraño muchísimo y lo primero que pensé es que sería parte de un secuestro extraterrestre, pero la luz comenzó a tomar forma de un ser humano común y corriente.
El hombre era un viejo con barba recortada y sin nada de pelo en la cabeza, se presentó ante mí como Dios. Yo creí que era un viejo vagabundo que quería jugarme una broma, pero aún estaba presente en mi mente como el viejo había aparecido a través de una especie de energía azul.
Le dije: - que raro es todo esto, yo creí que dios no tenía forma y tampoco pensé que viviera en los arbustos de Santa Rosa de Lima.
El viejecillo me miró con una sonrisa y me contesto: - Tú me dices que pensabas que dios no tenía forma, sin embargo me ves como me imaginas.
Analice las palabras de dios y me quedé callado sin saber que decir. Nunca había creído en él porque siempre tuve una tendencia de excesiva racionalidad, pero ahora estaba ante mi lo que se hacia llamar dios aunque aún tenía mis reservas.
Concluí que el tipo me estaba engañado y se lo hice saber, pero dios tenía una respuesta para todo y me dijo: - Soy dios y te conozco perfectamente bien. Sé que naciste en Hermosillo y que fuiste a vivir a Caborca. También se que has leído mucho y que te dejaste seducir por lo atractivo de la ciencia. Conozco tus pasiones y tus secretos, desde la vez que te robaste el chocolate de tu hermana hasta cuando le viste los calzones a tu amiguita en la primaria.
- Bueno – le dije: - creo que me has dicho más que suficiente, aún así sigo teniendo una duda ¿Qué hace dios aquí?
- Tan solo he venido a platicar contigo y decirte que vuelvas a creer en mí, nunca es tarde para la redención.
- ¿y qué pasa si decido no seguir tus pasos, ni tu moral, ni tu código de ética? Tus nos diste libre albedrío según tengo yo entendido, y prefiero vivir con mis propios códigos y creencias.
- Entonces tendrás que pasar tu eternidad en el infierno.
- ¿pero porqué? Siempre he sido una buena persona, simplemente tengo inteligencia y tengo otra perspectiva de la vida, digamos una perspectiva más mortal.
- no tienes opción.
- Pero… ¿Qué hay de las otras opciones, que hay de Buda o Alá?
- Yo soy el único dios.
Estaba algo sorprendido, tenía que admitirlo, nunca pensé que dios fuera tan imponente, tan cerrado ¿Cómo era posible que ese sujeto hubiera creado a la humanidad y que fuera irracional? ¿Porqué habría de hacernos tan diferente? De pronto una luz iluminó mi duda:
- Tú no puedes ser dios. Por lo menos no el dios del que todo el mundo habla, eres un ser cerrado y egoísta.
-jajajajaja, no soy egoísta, simplemente soy todo.
- ¿Eres una persona buena?
- No soy persona, pero si soy buena.
- ¿Según quien? ¿Según tu?
- Así es.
- Entonces, ¿por qué contradices tu propia doctrina, tu estrecho y absurdo código, y dejas morir a tantos de hambre, soledad y dolor en la tierra?
- Porque tiene que ser así. Yo soy todo hijo mío, lo bueno y lo malo, soy absoluto. La tierra no es más que una extensión mía, por lo que debe de haber sufrimiento y maldad, al igual que en mi mismo.
El viejito siempre sonreía cuando terminaba de afirmar algo. Era sarcástico, seguro de si mismo, pero yo había encontrado en él un error. No podía ser perfecto, algo andaba mal y en mi cerebro se formuló la respuesta:
- No eres todo ni eres perfecto.
- ¿porqué dices eso?
- Porque no eres racional, no tienes nada de racional en tu ser, por lo tanto no eres todo y tampoco eres perfecto.
Dios me miró con una mirada tan intensa que empecé a temblar, había tocado un punto sensible y posiblemente estaba a punto de sufrir las consecuencias:
- Si soy racional, sin embargo creo que no se debe ser racional.
- Tu lógica esta mal. ¿Cómo puedes llamarte a ti mismo racional y ser tan irracional para aceptar que otros lo sean? Esa contradicción es mortal, inclusive para ti.
- No. Tú no entiendes mi lógica porque eres un simple mortal.
- ¿Acaso usas la lógica? ¿Ese invento grandioso de Aristóteles? No, no te apropies de nuestros triunfos.
- Calla simple mortal, calla, no sabes lo que dices.
- No solo eres irracional, si no mortalmente repetitivo. Quizá eres dios para unos cuantos, pero para mi no eres más que otro ser.
- Tengo el poder para destruirte.
- Entonces, ¿por qué no destruyes a todos los racionales y así tendrás a todos tus ciervos siguiéndote sin ningún problema, o es que acaso procuras el equilibrio?
Dios volvió su mirada a los arbustos de donde había venido y finalmente dijo sin mirarme:
- Te arrepentirás de todo esto mortal.
Permanecí en silencio temiendo lo peor. Sin embargo simplemente desapareció y nada me ocurrió. Pasaron los años y aquí sigo. Sigo sin creer en él. Sigo pensando que Santa Rosa de Lima tiene ese efecto de alucinaciones. Sigo pensando que no debí hacerle caso a mi “tata” cuando me ofreció aquel “tesito” de marihuana.
Lejos, tras unos arbustos se dejó ver una luz azulada muy intensa que se acercaba a mi a poca velocidad. Me extraño muchísimo y lo primero que pensé es que sería parte de un secuestro extraterrestre, pero la luz comenzó a tomar forma de un ser humano común y corriente.
El hombre era un viejo con barba recortada y sin nada de pelo en la cabeza, se presentó ante mí como Dios. Yo creí que era un viejo vagabundo que quería jugarme una broma, pero aún estaba presente en mi mente como el viejo había aparecido a través de una especie de energía azul.
Le dije: - que raro es todo esto, yo creí que dios no tenía forma y tampoco pensé que viviera en los arbustos de Santa Rosa de Lima.
El viejecillo me miró con una sonrisa y me contesto: - Tú me dices que pensabas que dios no tenía forma, sin embargo me ves como me imaginas.
Analice las palabras de dios y me quedé callado sin saber que decir. Nunca había creído en él porque siempre tuve una tendencia de excesiva racionalidad, pero ahora estaba ante mi lo que se hacia llamar dios aunque aún tenía mis reservas.
Concluí que el tipo me estaba engañado y se lo hice saber, pero dios tenía una respuesta para todo y me dijo: - Soy dios y te conozco perfectamente bien. Sé que naciste en Hermosillo y que fuiste a vivir a Caborca. También se que has leído mucho y que te dejaste seducir por lo atractivo de la ciencia. Conozco tus pasiones y tus secretos, desde la vez que te robaste el chocolate de tu hermana hasta cuando le viste los calzones a tu amiguita en la primaria.
- Bueno – le dije: - creo que me has dicho más que suficiente, aún así sigo teniendo una duda ¿Qué hace dios aquí?
- Tan solo he venido a platicar contigo y decirte que vuelvas a creer en mí, nunca es tarde para la redención.
- ¿y qué pasa si decido no seguir tus pasos, ni tu moral, ni tu código de ética? Tus nos diste libre albedrío según tengo yo entendido, y prefiero vivir con mis propios códigos y creencias.
- Entonces tendrás que pasar tu eternidad en el infierno.
- ¿pero porqué? Siempre he sido una buena persona, simplemente tengo inteligencia y tengo otra perspectiva de la vida, digamos una perspectiva más mortal.
- no tienes opción.
- Pero… ¿Qué hay de las otras opciones, que hay de Buda o Alá?
- Yo soy el único dios.
Estaba algo sorprendido, tenía que admitirlo, nunca pensé que dios fuera tan imponente, tan cerrado ¿Cómo era posible que ese sujeto hubiera creado a la humanidad y que fuera irracional? ¿Porqué habría de hacernos tan diferente? De pronto una luz iluminó mi duda:
- Tú no puedes ser dios. Por lo menos no el dios del que todo el mundo habla, eres un ser cerrado y egoísta.
-jajajajaja, no soy egoísta, simplemente soy todo.
- ¿Eres una persona buena?
- No soy persona, pero si soy buena.
- ¿Según quien? ¿Según tu?
- Así es.
- Entonces, ¿por qué contradices tu propia doctrina, tu estrecho y absurdo código, y dejas morir a tantos de hambre, soledad y dolor en la tierra?
- Porque tiene que ser así. Yo soy todo hijo mío, lo bueno y lo malo, soy absoluto. La tierra no es más que una extensión mía, por lo que debe de haber sufrimiento y maldad, al igual que en mi mismo.
El viejito siempre sonreía cuando terminaba de afirmar algo. Era sarcástico, seguro de si mismo, pero yo había encontrado en él un error. No podía ser perfecto, algo andaba mal y en mi cerebro se formuló la respuesta:
- No eres todo ni eres perfecto.
- ¿porqué dices eso?
- Porque no eres racional, no tienes nada de racional en tu ser, por lo tanto no eres todo y tampoco eres perfecto.
Dios me miró con una mirada tan intensa que empecé a temblar, había tocado un punto sensible y posiblemente estaba a punto de sufrir las consecuencias:
- Si soy racional, sin embargo creo que no se debe ser racional.
- Tu lógica esta mal. ¿Cómo puedes llamarte a ti mismo racional y ser tan irracional para aceptar que otros lo sean? Esa contradicción es mortal, inclusive para ti.
- No. Tú no entiendes mi lógica porque eres un simple mortal.
- ¿Acaso usas la lógica? ¿Ese invento grandioso de Aristóteles? No, no te apropies de nuestros triunfos.
- Calla simple mortal, calla, no sabes lo que dices.
- No solo eres irracional, si no mortalmente repetitivo. Quizá eres dios para unos cuantos, pero para mi no eres más que otro ser.
- Tengo el poder para destruirte.
- Entonces, ¿por qué no destruyes a todos los racionales y así tendrás a todos tus ciervos siguiéndote sin ningún problema, o es que acaso procuras el equilibrio?
Dios volvió su mirada a los arbustos de donde había venido y finalmente dijo sin mirarme:
- Te arrepentirás de todo esto mortal.
Permanecí en silencio temiendo lo peor. Sin embargo simplemente desapareció y nada me ocurrió. Pasaron los años y aquí sigo. Sigo sin creer en él. Sigo pensando que Santa Rosa de Lima tiene ese efecto de alucinaciones. Sigo pensando que no debí hacerle caso a mi “tata” cuando me ofreció aquel “tesito” de marihuana.
Sólo diré una cosa, en el fondo siempre pensaré que Dios es una mujer hermosa sólo por si dice que parece lo que imagino... así no tendre que discutir con él... si es más fácil hacerle caso a una mujer hermosa que a un dios omnipotente
Posted by dogomoreno | 11:10 p.m.
alguien sabe como evitar los comments de publicidad. La neta me cagan. Pinches comerciantes no respetan!
Posted by entubado | 9:06 a.m.
pareces pendejo thetruth.. vete al gym mejor
Posted by Anónimo | 10:52 p.m.
wtf??
yo aveces prefiero que no haya Dios
Posted by aleharo | 11:23 p.m.