La hora de la marmota

Siempre he creído en la verdad y sus sutilezas. Siempre he creído, a pesar de todos sus engaños y sus efectos especiales. Sin embargo ocurrió que un día lleno de color, borro para siempre de mis sueños de un paraíso racionalista. Con el tiempo, después de confusos pensamientos y perspectivas en el humo, me hice la pregunta ¿Cuándo olvide?

Hoy esa pregunta retumba en mi cerebro como un eco interminable, por todo lo que pudo ser y no ocurrió. No hay nada más después de este camino de arena, sin embargo, aún hay algo que motiva mi visión. A pesar de los años perdidos, de los sueños inconclusos, de las tormentas lejanas y el coqueteo forzado, sigue habiendo pasos que dar y una meta interminable.

En este momento, todo indica que no fue así. La respuesta a la pregunta nunca fue, porque nunca fue el olvido el que cubrió mis ansias. Fueron los sueños racionalistas, la fuerza de voluntad, la lluvia, las bromas, el perfume, el sabor, el aliento, la brisa, los estudios, la sonrisa… las cenizas.

Todo sigue vivo… y el mundo te respira.