La hora de la marmota

Algo me molesta y no sé que es. Entro a este blog y se esta muriendo poco a poco, se esta asfixiando por una masa negra. Veo cosas en 3-D y debería verlas en planos. No tengo nada que hacer en el resto del día, ninguna responsabilidad y aún así siento que tengo muchas cosas pendientes.

No hay nada claro. Me caen gordos todos en este momento y paradójicamente ahorita vi a un vatito pidiendo limosna y me dio un chorro de lástima, y aunque traía feriecita no le di nada. Y ya que avance unas cuadras me sentí bien sarra, quería volver pero no volví.

Cada vez que quiero meditar pierdo la concentración. No debo de comer papitas o soda porque me hace daño, sin embargo en este momento me importa poco, voy a ir a comer terminando este post. Les dejo este mini cuento:

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Desde el campanario de la iglesia se observa el bosque, los aldeanos, el cementerio y las carretas que traen la mercancía recién llegada desde las indias. Se puede ver como el viento sacude los árboles y arranca algunos sombreros de las cabezas de los hombres. Empieza a temblar y el cielo se nubla. En la casita de la granja cae un relámpago. Se oyen gritos de tortura provenientes del lugar, gritos inimaginables que me es imposible describir con palabras pero que provocan algunos desmayos.

El temor empieza a crecer cuando surgen colores que no se pueden explicar, colores sin nombre que nuestros ojos no estaba acostumbrados a ver. Algunos se tallan desesperados la sangre que emana de sus ojos. El molino empieza a girar con mayor rapidez y un olor indescriptible y nauseabundo rodea la pequeña comarca. La mayoría ya se ha retirado a sus casas. De pronto todo a terminado. El sol ha salido de nuevo, el olor poco a poco se va y los gritos y risas han desaparecido. Todos salen de sus casas a continuar con su vida y desde el campanario de la iglesia se ve el bosque, los aldeanos caminando, el cementerio, las carretas y la vieja casita de la granja, solitaria, triste, condenada por siempre.